VIVIAN MAIER (De Alba Aramayo y Marta Álvarez)





                                                

Vivian Maier nació el 1 de febrero de 1926 en Nueva York, Estados Unidos y murió el 21 de abril de 2009 en Chicago, Estados Unidos. Durante su infancia estuvo viviendo con sus padres en Francia y Estados Unidos debido a que eran refugiados judíos. Su madre, al igual que ella, era una aficionada de la fotografía.Al mudarse a Nueva York a los 25 años, empezó a trabajar como canguro a la vez que sacaba fotos a todo lo que veía. Todo el dinero que ganaba como canguro decidía gastárselo en más carretes para su cámara, por lo que nunca tuvo dinero para revelar ninguna foto. En los años 80 y 90, su carrera como canguro peligró, teniendo una gran desestabilidad económica, por lo que se vio obligada a vender varias de sus fotografías. En 2008, tuvo 
un accidente y estuvo en una residencia hasta su fallecimiento.

Hizo más de 150.000 fotos las cuales han sido subastadas y reveladas por John Maloof, quien se obsesionó con esta fotógrafa, reunió todo su trabajo y contactó con todos los niños que la tuvieron como canguro. Estos la describen como una persona reservada, socialista y feminista, diciendo además que no se separaba de su cámara nunca. Tras todo su trabajo, John afirma que a Vivian le hubiese gustado mostrar sus fotografías, pero su miedo al fracaso y el ser tan reservada, le impidió hacerlo y seguramente no querría ser reconocida. 

Su cámara era una una Rolleiflex, una cámara de doble objetivo. Además, si mirabas por la parte superior de esta, se podía ver como iba a quedar la foto, por lo que Maier podía hacerlas por la calle sin que nadie se diese cuenta por su discreción. Por eso, ella se consideraba una "especie de espía".

Tuvo muchas dificultades tanto en su infancia como en el final de su vida, pero gracias a la investigación de John Maloof, con los niños que ella tuvieron como niñera y los vídeos encontrados, se puede suponer que como canguro y fotógrafa en su tiempo libre, fue feliz durante unas cuantas décadas.


Es una fotografía cuadrada en blanco y negro, presenta un plano general en el que encontramos a un niño sentado en el centro acariciando a un gato sentado a sus pies. Podemos identificar que es un plano general debido a que en la fotografía aparecen el gato y el niño sin tener la cabeza o los pies cortados. Tiene un ligero ángulo picado y hay dos líneas que dividen la imagen: la que crean los cuerpos del niño y gato en vertical; y la línea en diagonal que crea la acera.


Parece una fotografía espontánea que refleja la ternura entre los dos. El chico tiene una funda de pistola de juguete con la que se encontraba jugando en la calle y se le acercó el gato, ambos se encontraban solos y se muestra cariño y confianza en la foto. Muestra una conexión entre el ser humano y los animales.


































Es una fotografía cuadrada en color con un plano desde debajo de los hombros hasta las rodillas y con una angulación normal. Se ven las manos de una persona con las uñas pintadas de rojo que lleva un vestido del mismo color. De fondo se puede ver un puerto difuminado, pero llama más la atención la postura de las manos.


Lo más atractivo es la combinación de colores, la que seguramente le impresionó a la fotógrafa y la llevó a sacar esta foto, además de esa postura tan espontánea y natural. Transmite mucha energía el color rojo, que es el que más destaca, a la vez que nos da una sensación de relajación, ya que no hay ninguna tensión. 

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